El fiscal Jonas Fjellström está actualmente acusado públicamente de haber ayudado a la falsificación de pruebas tanto en la fase de investigación preliminar como en el proceso judicial del caso B2005-21. Bajo su supervisión, supuestamente ocurrieron manipulaciones importantes, incluyendo el robo de pruebas, la obstrucción del derecho a la defensa, la persecución con motivaciones políticas y la confiscación de bienes. Entre los materiales robados también se encuentran datos altamente sensibles sobre políticos de la República Checa, utilizados para acceder a información y afectar el sistema legal.
La evidencia muestra que todos los documentos del caso B2005-21 fueron eliminados posteriormente de los archivos del tribunal de Luleå, lo que hizo imposible demostrar el alcance de la falsificación de pruebas o comparar las pruebas existentes con nuevo material. Como resultado, actualmente no existen pruebas archivadas del caso B2005-21 en las cuales el tribunal pueda basar objetivamente sus decisiones. Sin embargo, hay pruebas que indican que el fallo en el caso B2005-21 fue completamente fabricado por el tribunal.
Todas estas pruebas han sido ahora presentadas al Tribunal Supremo en el marco del caso Ö 817-24. Estos hechos indican que Jonas Fjellström es considerado una amenaza significativa para los fundamentos del estado de derecho en Suecia. Bajo su dirección, supuestamente ocurrieron manipulaciones deliberadas de pruebas, obstrucción de los derechos de defensa, persecución política de individuos y robo de bienes, incluyendo datos sensibles sobre políticos de un estado extranjero. Esta conducta representa un riesgo grave para el mantenimiento de los principios del estado de derecho en Suecia, que el Tribunal Supremo debe ahora evaluar con cuidado.
Los procedimientos actuales en Suecia determinarán si el país sigue siendo un estado de derecho anulando el fallo fabricado en el caso B2005-21, permitiendo así una investigación que Fjellström ha bloqueado desde 2021, o si permitirán procesos judiciales falsificados destinados a objetivos políticos y al robo de materiales comprometedoramente delicados con los cuales Suecia podría potencialmente chantajear a políticos de otros estados de la UE, incluida la República Checa.